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templo los sacerdotes pro- | que estaba dicho por el profanan el sábado, y son sin feta Isaías, que dijo:

culpa?

6 Pues yo os digo, que uno mayor que el templo está aquí.

18 He aquí mi siervo, al cual he escogido; mi amado, en el cual se agrada mi alma: pondré mi Espíritu sobre él, y á los Gentiles anunciará

7 Mas si supieseis qué es: Misericordia quiero, y no sa-juicio. crificio, no condenariais á los inocentes.

8 Porque Señor es aun del sábado el Hijo del hombre. 9 Y partiéndose de allí, vino á la sinagoga de ellos. 10 Y, he aquí, habia allí uno que tenia una mano seca; y le preguntaron, diciendo: Es lícito curar en sábado? por acusarle.

19 No contenderá, ni voceará; ni nadie oirá en las calles su voz:

20 La caña cascada no quebrará; y el pábilo que humea no apagará, hasta que saque á victoria el juicio; 21 Y en su nombre esperarán los Gentiles.

22 Entónces fué traido á él un endemoniado, ciego y

nera que el ciego y mudo hablaba y veia.

11 Y él les dijo: ¿Qué hom-mudo; y le sanó, de tal mabre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si cayere esta en una fosa en sábado, no le eche mano, y la levante? 12 Pues cuánto más vale un hombre que una oveja? Así que lícito es en los sábados hacer bien.

23 Y todo el pueblo estaba fuera de sí, y decia: ¿Es este aquel Hijo de David?

24 Mas los Fariseos, oyéndolo, decian: Este no echa fuera los demonios, sino por Belzebú, príncipe de los demonios.

13 Entónces dijo á aquel hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fué 25 Y Jesus, como sabia los restituida sana como la otra. pensamientos de ellos, les 14 Y salidos los Fariseos dijo: Todo reino dividido consultaron contra él para contra sí mismo es desolado; destruirle. y toda ciudad ó casa, divi15 Mas sabiéndolo Jesus, sedida contra sí misma, no perapartó de allí; y le siguieron manecerá. grandes multitudes, y sanaba todos.

16 Y él les mandó rigurosamente, que no le descubriesen; 17 Para que se cumpliese lo

26 Y si Satanas echa fuera á Satanas, contra sí mismo está dividido: ¿cómo, pues, permanecerá su reino? 27 Y si yo por Belzebú

echo fuera los demonios, [del mal tesoro saca malas vuestros hijos, por quién cosas.

los echan? Por tanto ellos 36 Mas yo os digo, que toda serán vuestros jueces. 28 Y si por el Espíritu de Dios yo echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado á vosotros el reino de Dios. 29 Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del valiente, y saquear sus alhajas, si primero no prendiere al valiente? y entonces saqueará su casa.

30 El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no coge, derrama.

31 Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado á los hombres; mas la blasfemia del Espíritu no será perdonada á los hombres.

32 Y cualquiera que hablare contra el Hijo del hombre, le será perdonado; mas cualquiera que hablare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo, ni en el venidero.

33 O hacéd el árbol bueno, y su fruto bueno; ó hacéd el árbol carcomido, y su fruto podrido; porque por su fruto es conocido el árbol.

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34 O generacion de víboras! ¿cómo podéis hablar bien, siendo malos? porque de la abundancia del corazon habla la boca.

palabra ociosa que hablaren
los hombres, de ella darán
cuenta en el dia del juicio.
37 Porque por tus palabras
serás justificado, y por tus
palabras serás condenado.
38 Entónces respondieron
unos de los escribas y de los
Fariseos, diciendo: Maestro,
deseamos ver de tí señal.
39 Y él respondió, y les dijo:
La generacion mala y adul-
terina demanda señal; mas
señal no le será dada, sino la
señal de Jonas el profeta.

40 Porque como estuvo Jonas en el vientre de la ballena tres dias y tres noches, así estará el Hijo del hombre en el corazon de la tierra tres dias y tres noches.

41 Los de Nínive se levantarán en juicio con esta generacion, y la condenarán; porque ellos se arrepintieron á la predicacion de Jonas; y, he aquí, uno mayor que Jonas en este lugar.

42 La reina del austro se levantará en juicio con esta generacion, y la condenará; porque vino de los fines de la tierra para oir la sabiduría de Salomon; y, he aquí, uno mayor que Salomon en este lugar.

35 El buen hombre del buen 43 Cuando el espíritu intesoro del corazon saca bue- mundo ha salido del hombre, nas cosas; y el mal hombre | anda por lugares secos, bus

cando reposo; y no hallándole,

44 Entónces dice: Me volveré á mi casa, de donde salí. Y cuando viene, la halla desocupada, barrida, y adornada.

45 Entónces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados moran allí; y son peores las postrimerías del tal hombre, que sus primerías. Así tambien acontecerá á esta generacion mala.

46 Y estando él aun hablando al pueblo, he aquí, su madre y sus hermanos estaban fuera, que le querian hablar.

madre y tus hermanos están fuera, que te quieren hablar. 48 Y respondiendo él al que le decia esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos?

49 Y extendiendo su mano hácia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre, y mis hermanos.

en la iglesia se siembra es luego buena simiente: el diablo siembra tambien en ella sus zizañas, las cuales nunca se pueden bien desarraigar durante este siglo por manos de hombres sin daño del trigo, &c., la cual el Señor tambien declara á sus discípulos. III. Con otra de la simiente de la mostaza declara la natu raleza del reino de Cristo que de muy pequeños principios viene en próspero aumento. IV. Con otra de la levadura declara lo mismo de la naturaleza del Evangelio, V. Con otras dos, cuán precioso y de suficiente contento es al que de verdad le halla. VI. Con otra, de la red echada en la mar, &c. la condicion de la iglesia externa recogida con la predicacion del Evangelio, en la cual comunicarán hipócritas y fleles, hasta que en la consumacion del siglo Dios apure los unos y los otros. VII. Venido Cristo á predicar a su ciudad de Nazaret, los de la ciudad se escandalizan en su bajeza, y no le reciben.

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50 Porque todo aquel que hiciere la voluntad de mi Padre, que está en los cielos, ese es mi hermano, y herma-mieron. na, y madre.

CAPITULO XIII.

Por la parábola de la simiente y del sembrador enseña el Señor los diversos sucesos de la predicacion del Evangelio en los que la oyen así en

mal como en bien, como él mismo la declara a sus discipulos. II. Por otra parábola tambien de la agricultura enseña como no todo lo que

5 Y parte cayó en pedregales, donde no tenia mucha tierra; y nació luego, porque no tenia tierra profunda:

6 Mas en saliendo el sol, se quemó, y se secó, porque no tenia raiz.

7 Y parte cayó entre espinas,

y las espinas crecieron, y la ahogaron.

8 Y parte cayó en buena tierra, y dió fruto; uno de á ciento, y otro de á sesenta, y otro de á treinta.

9 Quien tiene oidos para oir, oiga.

10 Entónces llegándose los discípulos, le dijeron: Por qué les hablas por parábolas? 11 Y él respondiendo, les dijo: Porque á vosotros es concedido saber los misterios del reino de los cielos, mas á ellos no es concedido.

12 Porque á cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; mas al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.

13 Por eso les hablo por parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden.

14 De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dice: De oido oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis.

15 Porque el corazon de este pueblo está engrosado, y de los oidos oyen pesadamente, y de sus ojos guiñan; para que no vean de los ojos, y oigan de los oidos, y del corazon entiendan, y se conviertan, y yo los sane. 16

Mas bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oidos, porque oyen. 17 Porque de cierto os digo,

que muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oir lo que vosotros ois, y no lo oyeron.

18 Oid pues vosotros la parábola del que siembra.

19 Oyendo cualquiera la palabra del reino, y no entendiéndola, viene el Malo, y arrebata lo que fué sembrado en su corazon. Este es el que fué sembrado junto al camino.

20 Y el que fué sembrado en pedregales, este es el que oye la palabra, y luego la recibe con gozo.

21 Mas no tiene raiz en sí, ántes es temporal; porque venida la afliccion ó la persecucion por la palabra, luego se ofende.

22 Y el que fué sembrado en espinas, este es el que oye la palabra; mas la congoja de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y viene á quedar sin fruto.

23 Mas el que fué sembrado en buena tierra, este es el que oye y entiende la palabra, el que tambien da el fruto; y lleva uno á ciento, y otro sesenta, y otro á treinta.

24 Otra parábola les propuso, diciendo: El reino de los cielos es semejante á un hombre que siembra buena simiente en su campo. 25 Mas durmiendo los hom

bres, vino su enemigo, y sembró zizaña entre el trigo, y se fué.

26 Y como la yerba salió, é hizo fruto, entonces la zizaña pareció tambien.

27 Y llegándose los siervos del padre de familias, le dijeron: Señor, ¿ no sembraste buena simiente en tu campo? ¿Pues de donde tiene zizaña ?

28 Y él les dijo: Algun enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: Pues quieres que vayamos, y la cojamos ?

29 Y él dijo: No; porque cogiendo la zizaña, no arranquéis tambien con ella el trigo.

33 Otra parábola les dijo: El reino de los cielos es semejante á la levadura, que tomándola una muger, la esconde en tres medidas de harina, hasta que todo se leude.

34 Todo esto habló Jesus por parábolas á la multitud; y nada les habló sin parábolas;

35 Para que se cumpliese lo que fué dicho por el profeta, que dijo: Abriré en parábolas mi boca: rebosaré cosas escondidas desde la fundacion del mundo.

36 Entónces, enviadas las multitudes, Jesus se vino á casa; y llegándose á él sus discípulos, le dijeron: Decláranos la parábola de la zizaña del campo.

37 Y respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena simiente es el Hijo del hom

30 Dejád crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré á los segadores: Cogéd primero la zizaña, y a-bre. tádla en manojos para que- 38 El campo es el mundo; marla; mas el trigo allegádlo la buena simiente son los en mi alfolí. hijos del reino; y la zizaña son los hijos del Malo;

31 Otra parábola les propuso, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que tomándolo alguno lo sembró en su campo:

32 El cual á la verdad es el más pequeño de todas las simientes; mas cuando ha crecido, es el mayor de todas las hortalizas; y se hace árbol, que vienen las aves del cielo, y hacen nidos en sus ramas.

39 El enemigo que la sembró, es el diablo; la siega es el fin del mundo; y los segadores son los ángeles.

40 De manera que como es cogida la zizaña, y quemada á fuego, así será en el fin de este siglo.

41 Enviará el Hijo del hombre sus ángeles, y cogerán de su reino todos los estorbos, y los que hacen iniquidad;

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